sábado, 1 de agosto de 2009

Abril

(Fotografía en curso)
"Dieciocho abriles.
Dieciocho abriles tenía
cuando, cogida a su maleta de cartón,
se la tragó el bullicio de la estación
aquel dia...
Ni volvió la vista.
Ni me regaló su última mirada.
Quizás ni llegó a saber
de mi oculta despedida...
Y allí quedó mi alma extraviada,
huérfana para siempre de su presencia.
¡Imposible saber su destino!
Ni aún ella misma lo sabría...

Aún me parece verla
cerrando, como último acólito,
la pequeña procesión
de su familia.
Calcetines blancos,
zapatitos de charol de los domingos
y pasitos cortos y arrastrados,
como de puntos suspensivos...
Como esperando argumentos
que no llegarían...

Y sin volver la mirada...

Y aquel que encabezaba la comitiva,
aquel ¡Sí me miró!
De soslayo y fugaz.
Con expresión sembrada de triunfo
que hizo bajar mis ojos
con cobardía...

Y hoy, después de tantos años,
sin saber porqué
y sin que jamás haya podido superar
tu ausencia,
he vuelto a nuestro rincón secreto,
aquel bajo la sombra del viejo cerezo
donde nos veíamos a escondidas;
donde tú me dejabas en su tronco hueco
las notas de nuestras citas.
Y justo, allí estaba
aquel antiguo nido, ya abandonado.
El mismo que los gorriones
comenzaron a construir
poco antes de tu partida.
Briznas del pasado
medio desprendidas...
Lo retiré con pena del agujero.
Ya no tenía sentido
que siguiera deshaciéndose
lleno de un polvo de años
entre las secas hojas amarillas...

Y al sacarlo, con la última ramita,
salió engarzada tu nota...
¡Se la hubiera podido comer el tiempo!
Pero no lo hizo...
¡Para mi desdicha!
Y allí, en aquel papel sucio y descolorido,
pude reconocer los signos menudos
de tu infantil caligrafía.
¡Aquella nota! ¡Tu nota!...
¡La última!
¡La ignorada!
Aquella en que me decías
que te hubieras quedado
si yo te lo pedía...

¡Dieciocho abriles!
Dieciocho abriles cumplías
aquel mismo día...

¡Ya no volveré mas al cerezo muerto!
¡Ni añoraré los gorriones que se fueron!
¡Ni me consolaré pensando
que no me querías!
Mis pasos ya sólo me arrastran,
fatales, a esta estación maldita
refugio de trenes fantasmas
que no van a ninguna parte.
A esta estación vacía...

Al igual que vacío estoy por dentro,
donde se ha vuelto a romper mi corazón.
Por segunda vez...
Por vez definitiva...
Ahora ya sin remedio
vida mía..."

3 comentarios:

  1. Lei este poema con la musica de Yesterday... fue una conjunción mágica!

    Felicitaciones!

    ResponderEliminar
  2. Algunos poemas tocan las fibras sensoriales más profundas...hoy lo hiciste con este y desde aquí auno mi abrazo fuerte a tu forma de transmitir y llevarnos en la historia.

    Anna Francisca

    ResponderEliminar
  3. Querido Horace, uno se queda con un nudo atravesado en la garganta después de leer semejante poema. Te felicito porque has sabido transmitir tus más vivas emociones y llegar a mi alma.
    Y no voy a desaprovechar la oportunidad, me presento:

    Soy moderadora del portal literario Mareas del alma:
    http//mareasdelalma.foroactivo.com

    Somos un grupo de poetas reunidos en torno a un
    denominador común: el amor a la poesía y desde allí la invitación.
    Sería realmente un honor para todos nosotros contar con un
    escritor de tu jerarquía dentro de nuestro núcleo, para enriquecernos,
    aprender y soñar dentro en un ambiente de amistad y calidez.

    Mil disculpas por la molestia ojalá pueda encontrarte allí Horace, nos honrarías con tu presencia.

    Un besito y gracias por el tiempo que me has dedicado

    ResponderEliminar